¿Qué es el estilo blackout?
El negro nunca falla, ya sea en forma de little black dress para salir de fiesta o en formato tinta. Eso debió de pensar Chester Lee, tatuador en Oracle Tattoo Shop en Singapur, cuando se sacó de la manga el estilo blackout. Los tatuajes blackout consisten en cubrir grandes áreas de piel usando exclusivamente tinta negra, creando un efecto sólido muy original y arriesgado. Lo cierto es que no es un estilo apto para todos los públicos, pero que se lo digan a los casi sesenta mil seguidores que siguen de cerca sus diseños. Que ahí es nada.
Si te gusta este estilo de tatuaje pero todavía estás dándole vueltas, lo entendemos. No es una decisión que pueda tomarse a la ligera. Para eso ya están los fineline, que se ven menos y admiten la toma de decisiones en caliente (que no bajo los efectos del alcohol).
Los tatuajes blackout son para valientes: muchas horas en cabina, un muy buen cuidado posterior y una mirada (muy) reprobatoria de tu madre al verte entrar por la puerta. Pero chico, no pain no gain, ya lo sabes. Tu madre te va a querer siempre por muy cubierto que aparezcas, aunque tarde unas semanas en acostumbrarse a tu nuevo yo. Cómprale una caja de bombones o un buen ramo de flores cuando hagas la grand entrance, y no olvides el abanico para quitarle los calores cuando esté al borde del desmayo.
Otro argumento a favor los tatuajes blackout es su capacidad de tapar descuidos del pasado. Muchas historias hemos oído por aquí de obras pictóricas realizadas por amigos de amigos, familiares en formación, tatuadores sin licencia… y muchas súplicas desesperadas por borrar esa desagradable huella de la piel. Este estilo facilita cover-ups para decirles adiós sin dejar rastro, como si nada hubiera pasado. Como si jamás hubieras salido con ese ex tóxico, si es eso lo que quieres olvidar. Todos tenemos historias así, no te rayes.
Más allá del blackout al uso: otros diseños
Ya sabes lo que dicen los entendidos del mundo de la moda: todo al negro. En Tattoox estamos de acuerdo, pero eso no significa que el blackout tenga que limitarse a rellenar la piel a golpe de aguja sin diseño alguno. Cada vez más tatuadores se animan a romper con lo establecido y añadir nuevos componentes a esta técnica única: combos con estilo ornamental creando mandalas increíbles rodeadas de negro, flores entremezcladas en mares de tinta, conceptos minerales llenos de movimiento, composiciones geométricas o un mix de elementos japoneses como nubes y dragones . Quien se atreva a decir que es un estilo aburrido lo dice porque no tiene ni idea de lo que es capaz de mutar .
Si quieres ir más allá, puedes recurrir al blackout incluso como lienzo sobre el cual tatuar en tinta blanca. Un efecto negativo en toda regla, como la actitud que adoptará tu madre hacia nosotros cuando se entere de que te hemos convencido.
¿Duele mucho hacerse un blackout?
Para qué mentir. No hace precisamente cosquillas, amigo. Lograr una consistencia lisa y uniforme requiere varias horas de trabajo, así que tómatelo con filosofía y compara las pocas horas de padecimiento con toda una vida luciendo palmito… para presumir hay que sufrir. Ponte una serie o una playlist upbeat para distraerte, o simplemente entabla una profunda conversación con tu tatuador (al que seguramente acabarás conociendo más que a tu madre después de hablar durante tantas horas, así que al fin y al cabo lo importante es que el tattoo le guste a él y no a ella). Te aseguramos que no eres el único que va a pasarlo mal: él va a necesitar unos cuantos breaks para descansar la mano.
Que os sea leve a ambos, guerreros.
Fuente de imágenes: pinterest